Infamous ~ prólogo : Continuación
Él no quería el futuro solitario y desolado que Ambrose describía. Más que nada, él no quería convertirse en Ambrose. Y si bien él estaba hastiado y sospechaba de todo por naturaleza, todavía existía una parte de él que honestamente creía que la gente era buena y decente. La mayoría de ellos, al menos.
Él miró con rencor a Ambrose mientras digería sus palabras. “¿Entonces por qué debería escuchar cualquier cosa que me digas? Por todo lo que sé, esto es una trampa para que puedas conseguir finalmente tu paz y el fin del mundo….¿Y qué querés decir con eso de que ya probaste tres veces? ¿Cómo?”
“Me había olvidado lo volátil que era mi atención durante mi juventud.” Ambrose negó con la cabeza. “Con razón Kyrian era tan brusco conmigo.” Él respiró profundamente antes de contestar la pregunta de Nick. Fui mentor de tres Nicks diferentes antes que vos. Cuatro, si contamos mi niñez original.”
“¿Originaaaaal?” Él alargó la palabra mientras ese pensamiento se propagó en su mente. Eso quería decir que….
Ambrose se rio amargamente. “Mi vida fue un poco diferente a la tuya. No demasiado. Algunas pocas cosas. Pero son esas pequeñas cosas las que pueden hacer una gran diferencia en lo que nos pasó después.”
Si, eso era exactamente lo que había sospechado. Y a decir verdad, lo aterrorizaba.
Nunca subestimes la habilidad que tiene un hombre para cagar hasta el plan más perfecto, esa era una de las frases favoritas de su amigo.
“¿Como cuáles?” preguntó Nick.
“El primer intento que hice en corregir el pasado, hice que Nick le dijera a nuestra madre del mundo de los Dark Hunters cuando él fue arrastrado hacia el mismo.” Él se estremeció como si el recuerdo fuera insoportable. “Realmente pensé que era la mejor solución. De verdad, siempre me dije a mi mismo, durante todos estos años, que si ella hubiera sabido del mundo paranormal, ella podría haberse cuidado y no…” Él cortó la oración y puteó por lo bajo. Luego se dio vuelta para mirar a Nick. “Pero ella no supo manejarlo, tampoco lo creyó… fue un desastre total. Debido a nuestro padre, ella pensó que era un defecto mental – esquizofrenia para ser preciso. Ese primer Nick terminó medicado y en una institución con nadie para protegerlo de nuestros enemigos. Todavía tengo cicatrices de lo que le hicieron a él. Peor, sin nosotros viviendo en casa, mamá nunca dejó de trabajar en el club y la mataron de un tiro durante un robo.”
Nick sintió ganas de vomitar de solo pensarlo. “¿En serio?”
Ambrose asintió. “No hay nada que se compare a ver las diferentes consecuencias que se manifiestan ante tus ojos y que luego vivan en tu memoria. Ahora entiendo por qué Savitar se queda sentado en su Isla, lejos de todo.”
¿Quién? Nick nunca había escuchado hablar de esa persona. “¿Savitar?”
“Un ser que conocerás algún día. Por ahora, no es importante. Solamente acordate que no podés decirle a tu mamá sobre nada de esto. Ella no quiere que lo sepas y nunca aceptará el hecho de que su hijo es un demonio.”
¿Y quién podría culparla por eso? Personalmente, no podía pensar en ninguna mujer que recibiera esas noticias con alegría. ¿Che, dulce, adiviná que? El hijo que llevaste en tu vientre por nueve meses y por el que luego sacrificaste tu vida y dignidad para criar está destinado a destruir el mundo. ¿Acaso no estás orgullosa?
Si, eso seguro que iba a funcionar.
Bueno, entonces no le diría a su madre sobre su condición, sobre su padre o su jefe Dark Hunter, Kyrian. A decir verdad había estado tentado a decirle por qué Kyrian era tan diferente, por qué trabajaba tan tarde a la noche y no salía durante el día. Pero cada vez que pensaba en hacerlo, sus instintos lo habían mantenido callado.
Punto para sus instintos. Lástima que su cerebro no fuera tan inteligente.
Por la misma razón que Ambrose le había dicho, él había tenido miedo sobre cómo reaccionaría su madre. Había momentos cuando sentía que su madre solamente buscaba razones para internarlo en un psiquiátrico. Como si temiera que se convirtiera en alguien como su padre y estuviera a la expectativa de algún síntoma que confirmara que era igual de violento y siniestro, y entonces pudiera encerrarlo por eso antes de que fuera demasiado tarde y lastimara a alguien.
“¿Qué pasó con tus otros intentos?”
“Con el siguiente, fuimos atrapados en el Reino de las Tinieblas a los diecisiete donde…” Su voz se detuvo y se estremeció visiblemente como si el recuerdo fuera peor que el anterior. “Lo que sea que hagas, pibe, mantenete alejado de Azmodea. No le creas a ningún demonio que de diga lo bueno que es. Porque para vos, no lo es, y no puedo recalcarte lo suficiente lo malo que es para vos. Lo que sea que hagas, evitá a las criaturas llamadas Azura y Noir. Solamente te espera la esclavitud ahí. Una esclavitud tan brutal, que no podés ni imaginártela. Le daría pesadillas hasta a Quentin Tarantino.”
Eso fue un pensamiento terrible y tomo muy en serio la advertencia que le hizo Ambrose. “Nunca escuché nada sobre ese lugar, pero lo voy a agregar a mi lista de -no hacer bajo ninguna circunstancia-.” Como comer brócoli, lavar la ropa, y alimentar al “perro” de Mark, que en realidad era un caimán de cuatro metros con una actitud de mierda y un gusto por carne cajún. “¿Y al Nick después de ese?”
Él expiró lentamente. “Es suficiente para mí decir que tampoco salió bien.”
“¿En qué sentido?”
Ambrose lo miró con la ceja levantada. “Soy tu futuro, Nick. Creeme cuando te diga que no querés saberlo, y dejémoslo ahí. Hay algunos recuerdos que nadie necesita tener. Y daría lo que fuera para no tener ese recuerdo.”
“Si, pero si me conocés, entonces sabés…”
“¡Nick!”
Ah, el odiaba ese tomo exasperado que tenían los adultos.
Bueno. Como sea. No iba a presionarlo con el tema. Había muchas otras preguntas que tenía para hacerle. Y temía la respuesta de su siguiente pregunta, pero tenía que saberlo. “¿Y conmigo? ¿Cómo están yendo las cosas en comparación a los otros?
Por favor no me agregues a la lista de pesadillas. Él quería que su vida fuera a mejor, no a peor.
“También es diferente esta vez. Pero de una forma inusual. Algunas cosas son iguales, y otras…”
“Nombrá algunas de esas cosas,” le dijo Nick al ver que se había quedado callado.
Ambrose hizo una pausa en su andar nervioso ante la entrada a la casa de Nick. “Ya sabés sobre los Dark Hunters y los escuderos. Yo no me enteré sobre ellos hasta que me recibí en la escuela. Conociste a Simi a los catorce. En mi pasado original, la conocí justo antes de volverme un Dark Hunter.”
Nick se quedó sin aliento ante esa noticia inesperada que le cayó como una bomba. “¿Me convierto en un Dark Hunter como Kyrian?”
Ambrose asintió.
Eso no era bueno. Los pensamientos le hacían un remolino en su cabeza. Los Dark Hunters eran guerreros inmortales que protegían a la humanidad del mal sobrenatural que los asechaba. Mientras que cada Dark Hunter provenía de una cultura y tiempo diferente, lo único que los unificaba era que algo horrible les había pasado. Algo lo suficientemente malo como para venderle su alma a la Diosa Artemisa por un único acto de venganza contra quien los había lastimado.
Nick no estaba seguro de querer saber qué le había pasado a él que fuera tan terrible que él podría hacer algo como eso, especialmente si no lo iba a ver venir.
O si no iba a poder detenerlo.
“¿Te dispararon la noche que conociste a Kyrian?”
Ambrose dudó. “Me acuchillaron, pero respecto a esa parte, no cambió más nada. Las consecuencias fueron las mismas para vos que para mí y los otros. Por alguna razón ese evento es el eje central y nunca cambia. Es lo que pasa después lo que sigue en diferentes direcciones.”
Nick dejó que eso le diera vueltas en la cabeza. ¿Qué sería peor que un amigo te disparara? O sea, si, él quería vengarse de Alan y Tyree por eso, pero no tanto como para vender su alma para obtener esa venganza.
Así que, probablemente, él no fue quien murió. ¿Quién más sería parte de su vida en unos años más que a él llegara a importarle tanto?
¿Una novia?
¿Una esposa? ¿Estaría casado para ese entonces?
Posiblemente, supuso. La traición de su esposa había sido lo que había hecho a Kyrian un Dark Hunter. Talon se volvió un Dark Hunter después de que su esposa muriera y su hermana fuera asesinada.
¿A quién voy a perder?
Sin querer pensar en eso ahora, él siguió haciéndole preguntas a Ambrose. “¿Qué más es diferente?”
“También conociste a Tabitha Deveraux-” Una sonrisa jugó en la comisura de sus labios que a Nick le hizo preguntarse qué la había causado? “Yo no la conocí hasta que había salido del colegio y en ese momento ya estaba trabajando para Kyrian. Pero el cambio que más nos afecta es que mi padre murió cuando yo tenía once años.”
Nick frunció el ceño. “Mi papá todavía está en prisión. Y está vivo hasta donde me dijeron.”
“Si, esta es la primera vez que pasó eso. Ojalá supiera por qué. Él debería estar muerto a estas alturas. Porque al no estarlo, eso hace que tus enemigos te encuentren más pronto de lo que deberían hacerlo.”
A Nick definitivamente no le gustaba como sonaba eso. “¿Qué querés decir?”
“Lo que quiero decir es que actualmente hay dos Malachais usando sus poderes acá en Nueva Orleans- vos y tu padre - y solamente debería existir uno por generación. Una vez que nace un nuevo Malachai y llega a la pubertad, el otro muere- de forma violenta, generalmente, así que-”
“¿Me estás diciendo que si alguna vez tengo un hijo va a matarme cuando él crezca?”
Una sonrisa cruel se formó en la boca de Ambrose. “Podés tener hijos, pero es como jugar a la ruleta rusa. Si ellos no heredan tus poderes, la parte humana no puede manejar tu sangre de Demonio Malachai y ellos mueren a la edad de diez años. El que llegue a los diez años y siga vivo…ese es el que va a remplazarte.”
Eso explicaba tanto sobre la actitud que su padre tenía con él. Con razón lo odiaba tanto. “¿O sea que voy a morir alrededor de su cumpleaños de diez?”
Ambrose se tocó la nariz sarcásticamente para dejarse saber a Nick que estaba en lo correcto. “Esa es la forma en que siempre funcionaron las cosas en el pasado. Una de las hermosas cosas en lo que nos respecta… Hasta que usamos nuestros poderes, somos invisibles a casi todos los otros dioses y criaturas sobrenaturales. Si tratan de ver nuestro futuro, ven uno que parece humano. Hijos, nietos, todo el paquete. No tienen forma de saber quiénes y qué somos hasta que evolucionamos y probamos nuestros poderes. Pero la única cosa que siempre es verdadera es que solo puede haber un demonio Malachai con poderes completos por generación.”
“¿Por qué?”
“Es un trato que hicimos después de Magnus Primordial – la primera gran guerra entre dioses. A ambos lados se les pidió que se deshicieran de sus soldados.”
Nick hizo un gesto de horror ante lo que seguramente era un eufemismo. “¿Les pidieron que los mataran?”
Ambrose asintió. “Pero al comandante de cada bando se le perdonó la vida. Un Malachai. Un Sephiroth. Ellos existen en balance y mientras dure la tregua, no puede haber más de uno.”
“¿Entonces eso cambió?”
“No tengo idea. Con la suerte que tenemos, al volver al pasado como un Malachai, cagué las cosas de forma que no se pueden volver a reparar. Es la única alternativa que se me ocurre. Pero como no tenés poderes todavía, no pensé que sería un problema. Cualquiera sea la causa, acá hay algo que no cierra, y nadie sabe qué es. Todo lo que sabemos con certeza es que tu poder y el de Adarian están haciendo como “un aroma más fuerte. Así que mientras viva tu padre, hay un precio por tu cabeza a nivel cósmico tan pero tan alto que es embriagante.”
“¿Por qué?” preguntó Nick.
“Porque quien te mate, se lleva tus poderes como un bono. Es por lo que estás en el peor tipo de peligro que puedo imaginarme. Nadie más que vos, puede matar a Adarian, así que no van a ir por él.”
Lo que significaba que quedaba oficialmente abierta la temporada de Nick.
“¿Si me muero, mi padre puede tener otro hijo?”
“No tenés que morir para eso. Él puede tener otro hijo en cualquier momento – pero solo uno de ustedes puede tener los poderes del Malachai y solo uno vivirá para ser adulto- esa es la teoría, de todas formas. Sin embargo, la muerte no es el peor miedo que deberías tener, pibe. Hay muchas otras cosas que son mucho peores, y esas cosas están persiguiéndote ahora. No podés confiar en nadie… excepto en mí. Soy el único que realmente te cubre las espaldas.”
“Antes me dijiste que podía confiar en Kyrian.”
“Podés confiar en él, es un buen hombre, pero no es lo suficientemente poderoso como para combatir las cosas que vienen por vos. Nadie tiene poderes suficientes, excepto vos.”
Eso encendió la bronca de Nick, al recordar el hecho de que Ambrose lo había dejado solo para enfrentarse a un demonio, cuando el tarado podría haberlo ayudado. “¿Y vos no vas a ayudarme?”
“No puedo.”
“Si, claro. Corregime si me equivoco, pero ¿no estás cagándote en las leyes cósmicas solamente por estar acá?”
“Esto no tiene nada que ver con las leyes cósmicas, pibe. Es sobre la supervivencia. Nuestra supervivencia mutua, y salvar a la gente que amamos más que salvarnos a nosotros mismos.”
“Entonces ayudame.”
“Es lo que estoy haciendo.”
Nick se aterrorizó ante esa respuesta tan simple. Quedarse en el banco no era ayudar. Él necesitaba a un compañero de equipo, no a un aguatero.
“¿Y me ayudás haciendo nada?”
“Exactamente. Si uso mis poderes para luchar acá, serían tres Malachais usando sus poderes en un solo lugar. Incluso vos sabés lo que eso significa.”
Si, triangulación. Con tres puntos, cualquier cosa podía ser localizada.
Ambrose lo miró como si fuera tonto. “No querés que haga eso, de verdad.”
Eso era verdad, pero quería decir que iba a tener que hacer esto solo, y él no estaba aprendiendo las cosas lo suficientemente rápido. Más que nada, significaba que tenía un blanco en la espalda. “Flaco, esto es de terror.”
“Bienvenido a tu vida,” le dijo Ambrose con amargura.
“Si, bueno, sin ánimos de ofender, podes agarrarla y metértela donde el sol no te pega.” Nick se burló disgustado mientras digería todo lo que le estaba diciendo Ambrose. “¿Y cómo sé que no me estás mintiendo?” Me decís que confíe en vos, pero hay que ganarse la confianza, no hay que demandarla, y no tengo una buena opinión de vos como para dártela.”
Ambrose lo agarró del frente de la camisa y lo subió hasta la entrada de su casa. “Más te vale que me escuches, pelotudo,” le gruñó en la cara. “Te odio. ¿Lo entendés? Te odio con tantas ganas que mi odio brilla más que la estrella más caliente en el universo. Si pudiera, te arrancaría la garganta y terminaría todo en este momento. Pero lo único que sé es que si ambos morimos, algo mucho peor que nosotros va a tomar nuestro lugar y la pequeña cantidad de personas a las que todavía amo van a sufrir una agonía inimaginable. Y no puedo dejar que eso pase. Aun cuando eso signifique que tenga que aguantarte un poco más. Nosotros, que nacimos para terminar el mundo, somos la única esperanza que hay para salvarlo.”
Nick trató de zafarse, pero era imposible. “Eso no tiene sentido.”
Ambrose le pegó un empujón. “Decímelo a mí. Pero eso es lo que somos. Puedo guiarte y aconsejarte. Eso es todo. Puedo decirte dónde y cómo la cagué y en dónde los otros Nicks se equivocaron, pero vas a tener que vivir esta vida y-”
“Estoy tan confundido. ¿Cómo podés acordarte de todo? ¿No te afectan mis acciones?”
Ambrose se rio. “Mis poderes son infinitos y van más allá de tu comprensión. Algunos días, van incluso más allá de la mía. Pero hay uno en particular, el que me deja volver al pasado y hablarte, ese, lo pedí prestado. Y tuve que esforzarme mucho para conseguirlo. El demonio me dio tres oportunidades para corregir el pasado. Cuando fallé, vino por mí, lo maté y tomé su sangre. Eso es lo que me deja ayudarte ahora. Una vez que ya no tenga más de su sangre…. Es por eso que no siempre puedo venir a sacarte las papas del fuego, estarías completamente solo y yo no me acordaría de haber vuelto a cambiar el pasado. Lo que sea que hagas, sería mi último recuerdo y el resto se irá para siempre.”
“Eso es enfermizo. ¿De verdad tomás sangre?”
Ambrose lo miró irritado. “¿Esa es la conclusión que sacaste de todo lo que acabo de decirte?”
“No, pero eso es tan asqueroso. ¿Cómo podés tomarte la sangre de alguien?” Nick tembló de la repulsión. “Puaj, no puedo creer que voy a ser tan asqueroso.”
“Pibe, vas a hacer mucho más que eso antes de que se termine todo.”
Nick hizo unas arcadas.
Ambrose puteo. Su expresión decía que se estaba imaginando el cuello de Nick es sus manos y sus ojos saliéndose de las cavidades mientras lo ahorcaba hasta dejarlo sin vida. “No puedo creer que mi futuro esté en tus manos.”
Esa frase fue ruda y lo hizo saltar. “Si, bueno, por lo que acabás de decir, no es como si lo hubieras hecho mucho mejor vos. No puedo creer que mi futuro sea transformarme en una cosa como vos. Hablando de desilusiones. Sabés, tenía planes. Iba a ser un abogado. Hacer algún bien en el mundo. No convertirme en,” hizo un gesto para señalar a Ambrose, “un pendejo egocéntrico.”
Su expresión se volvió todavía más fría. “Si fuera un egocéntrico, no estaría acá. Pero es fácil para vos juzgarme. No te traicionaron…todavía.”
“Eso no es verdad. Mis mejores amigos me dispararon.”
“Alan, Tyree y el resto de la pandilla… eso no fue una traición, pibe. Muy adentro tuyo ya sabías quiénes eran. A lo que te arriesgabas cuando te juntaste con ellos. Sabías qué esperar. No podés echarle la culpa a una serpiente por morderte cuando está en la naturaleza de la bestia hacerlo.”
Ambroze enfocó su vista en él. “No Nick. Estoy hablando de verdadera traición. Del tipo que no ves venir. Del tipo que te tira al piso y te patea los diente, y arruina tu vida para siempre. Del tipo que se queda con vos por décadas. Para cuando te gradúes vas a considerar lo que Alan te hizo un favor. Te sacó de las calles en un momento en el que ibas en la dirección equivocada, e hizo que se cumpliera el sueño de tu madre.”
Su madre.
Un mal presentimiento pasó a través de Nick mientras todo en su cabeza hacía clic. Otra epifanía que le daba una patada en las bolas. Si bien Ambrose se veía cansado, él no era tan viejo. Probablemente ni siquiera tenía la edad de Mark, y definitivamente no era tan viejo como su madre, la cuál solamente tenía veintiocho.
En menos de diez años, me convertiré en un Dark Hunter.
Había una sola cosa en la que podía pensar que le haría hacer algo tan drástico en ese período de tiempo.
“Mamá es la que se muere. ¿Verdad? Esa es la razón por que te convertiste en Dark Hunter. ¿O no?”
En ese instante, los ojos de Ambrose cambiaron de azul, al mismo color negro que los de Kyrian. El viento levantó su sobretodo y le sacó el pelo de la cara. Un doble arco y flecha – la marca de un Dark Hunter – apareció en su mejilla y sus colmillos relucieron en la escasa luz del atardecer.
Los Dark Hunters mueren a la luz del sol.
Pero no Ambrose…
¿Cómo podía estar afuera en la calle cuando no le debería ser posible? ¿Cómo era posible que pudiera esconder sus razgos de Dark Hunter?
El viento le causó a Nick un escalofrío que le bajó por la espalda y le llegó hasta el alma.
“Por vos,” Ambrose le escupió la palabra, “y tu estupidez, tu madre, Bubba, Mark y…otros cercanos a vos, tienen muertes horribles. Ese es el paisaje que estamos tratando de repintar. Y si esta vez fallás, se acaba todo. Para todos nosotros.”
Traducción: Mariana Agnelli
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